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1 de Junio: día del sociólogo
¿Qué hacen los sociólogos? ¿Qué es eso de diagnosticar el funcionamiento social? ¿En qué consiste la explicación de los problemas sociales?
Por Carmelo Cortese (Director) y Javier Bauzá (Codirector)
¿Qué hacemos los sociólogos? ¿Qué es eso de diagnosticar el funcionamiento social? ¿En qué consiste la explicación de los problemas sociales? Podemos responder con los resultados del trabajo de nuestro equipo de investigación, compuesto por sociólogos, en diálogo fructífero con economistas, politólogos y psicólogos sociales, abiertos al intercambio necesario entre todas las ciencias sociales.
Al finalizar el proyecto auspiciado por la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la Universidad Nacional de Cuyo, desde una amplia perspectiva fundada en dos décadas de investigación sobre nuestra provincia, y como cierre de la etapa 2013/2015, expresamos lo siguiente:
• En Mendoza, independientemente de altibajos ligados a ciclos económicos y políticos, se constata un núcleo estructural no resuelto que podría denominarse genéricamente como serio déficit de trabajo "decente" en una amplia franja de la población que padece desocupación abierta y oculta (inactivos desalentados), subempleo demandante, trabajo asalariado no registrado, trabajo registrado pero precario, trabajo asalariado disimulado como autónomo, cuentapropismo informal, tercerización y diversas formas de flexibilización laboral.
• Ante la continuidad de altos indicadores de trabajo no registrado y precario, claves en la configuración de la estructura social de clases, se torna difícil pensar que hayamos estamos en presencia de un genuino proceso de inclusión social y de movilidad social ascendente. Una razón es justamente la preeminencia de políticas sociales de transferencia de ingresos sin cambios profundos en la inserción socio-ocupacional. Otra razón podríamos encontrarla en la existencia de procesos de auge y receso propios del ciclo económico capitalista, ligado a su vez a los vaivenes de la economía mundial (cambios en los precios de las materias primas y comodities en general, cambios en las tasas de interés, flujos de capital y aparición de burbujas especulativas, etc.), lo cual es acompañado por la entrada y salida de masas de trabajadores de la condición de ocupados plenos a las otras categorías.
• Asimismo, el análisis de largo plazo muestra que las oscilaciones laborales no se dan solo entre el empleo y el desempleo, sino en una amplia franja intermedia caracterizada por una gran variedad cualitativa de las formas y condiciones laborales. La oferta de empleos "decentes" se restringe a ciertas ramas y sectores (en general los concentrados, modernos y de alta productividad, pero aun así con formas evasivas), persistiendo sectores económicos informales y un segmento secundario del mercado de trabajo, en un marco de heterogeneidad estructural donde la convergencia es una meta inalcanzable.
• Las dificultades para combatir estas formas laborales precarias parecen derivar precisamente de que no son "distorsiones", "obstáculos" o "tareas pendientes", sino por tratarse de características endógenas del sistema de producción y el modelo de desarrollo. Debe reconocerse que algunas políticas macroeconómicas de la última década mejoraron condiciones de vida y de trabajo, pero a la vez deben analizarse en el marco dialéctico de las grandes luchas populares y de clases de nuestro país que arrancaron conquistas mediante su continua presencia en las calles, participación política e intensa actividad gremial.
• Todo indicaría entonces que las mejoras en la redistribución no han alterado la distribución primaria, aquella marcada por una matriz básica de desigualdad económica y social propia de una estructura capitalista dependiente. Por eso, como muestran los acontecimientos posteriores a 2015, un cambio de gobierno puede desarmar rápidamente mecanismos de redistribución, arrojando a la desocupación y la pobreza a millones de habitantes, mientras la estructura de propiedad (concentrada y extranjerizada) no cambia. Frente a tal precariedad de los derechos "concedidos desde arriba", se torna imprescindible la acción colectiva "desde abajo" para conquistar de manera más o menos segura y estable condiciones dignas de vida y de trabajo.
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